LAVADO DE CARA AL PISO

En casa de uno de mis amigos ha llegado la hora de que todo cambie porque la situación se empieza a convertir en insostenible. Nadie que haya conocido a lo largo de mi vida es tan dejado como este amigo mío. Ha dejado que su piso haya decaído de una forma completamente radical, parece que le gusta vivir en un cuchitril sucio y muy avejentado. Desde que sus padres se han ido a vivir a otra localidad y le dejaron el piso, él no se ha molestado en hacerle el mínimo mantenimiento de la casa, si hasta tiene una ventana rota y como ya no fabrican esos cristales parece que no la va a arreglar nunca. Ya se dará cuenta de que su casa siempre está sucia porque le entra porquería por esa ventana. Llevo muchos años yendo a su casa y he podido ver en primera persona cómo se ha ido echando a perder el piso. Y gracias a mi insistencia a caído en la cuenta de que yo tenía razón y ha empezado a concienciarse de que de este año no pasa. Hay que darle a la casa por lo menos un par de manos de pintura, con eso ya se le dá un lavado de cara a la casa aunque todavía quedan otras muchas cosas por arreglar. Por lo menos ya ha empezado a arreglar la instalación eléctrica, después de insistirle años de que la instalación de la casa era demasiado peligrosa no solo para él sino que también para el resto de inquilinos del edificio.

 

Ahora también tengo que insistirle en que cambie las viejas cortinas plegables porque dan bastante pena y le dan a la casa un aspecto un tanto tétrico. Le he aconsejado que se compre unos estores bonitos que le den a la casa un aspecto más moderno, pero lo que al parecer le convence de poner los estores es que son muy sencillos de instalar y no son muy caros.

 

Bueno, a ver si para antes de que termine este año empezamos a pintar, porque este dice que hay que pintar pero no mueve un dedo para ir a comprarla.

¿Es menos digestiva la leche “de verdad”?

Muchas personas tienen la sensación de que cuánto más auténtica es la leche, menos digestiva resulta. Por este motivo creen que tomar productos como la Leche Entera sin lactosa Ecológica certificada puede ser menos conveniente para ellos que una leche sin lactosa que no lleve esa etiqueta. Lo cierto es que la realidad no tiene nada que ver con esto.

Para empezar, lo que muchos entienden por leche auténtica o “leche de verdad” es la leche cruda. Si alguien que no lo ha hecho nunca bebe un vaso de leche cruda se enfrenta a una gran cantidad de riesgos derivados de las bacterias presentes en la propia leche, en las ubres de la vaca y en el entorno. Es por esto que antiguamente la leche se hervía durante mucho rato y, actualmente, se pasteuriza ya que este es un proceso mucho más seguro.

Por tanto, la mayor parte de las reacciones a la leche no eran debida a que esta fuera poco digestiva, sino a las bacterias que contiene y contra las cuales no estamos preparados. Y no lo estamos ahora ni tampoco se estaba antes, siendo la leche causa de muchas enfermedades como por ejemplo de la transmisión de la tuberculosis, tan frecuente en la época de nuestros abuelos.

En cuanto a la cantidad de grasa de la leche, esta va a depender de la época del año. Mientras que las vacas que comen pienso cerradas en una granja producen leche que es igual todo el año, las que producen leche ecológica y pastan en libertad no. Por eso, se producen pequeñas variaciones en los valores de la leche según la estación. 

Pero el problema de la grasa de la leche es tan fácil de solucionar como lo es escoger leche entera, para quienes no tienen problema en digerir grasas y cogerla semidesnatada o desnatada sino puedes consumir el producto con toda su materia grasa. Esto no es algo que afecte solo a la leche ecológica, sino que también sucede con la leche convencional, cuya variedad entera puede ser demasiado pesada para quienes tienen digestiones un poco difíciles. 

Si hablamos de los intolerantes a la lactosa, el problema en este caso es la lactasa que su intestino deja de producir y que se añade de forma artificial a la leche. La leche sin lactosa, ecológica o no, es apta para prácticamente todos los intolerantes, excepto para aquellos con un grado muy alto que reaccionan incluso a los restos más pequeños de este azúcar. La diferencia está que con la leche ecológica beberán un producto de mayor calidad.

¿Son todas las leches sin lactosa iguales?

En cualquier supermercado podemos encontrar una gran variedad de marcas de leche sin lactosa, pero ¿son todas iguales? Lo cierto es que no y podemos encontrar muchas diferencias entre unas y otras. Además de las obvias como pueden ser que sea leche desnatada, semidesnatada o entera, las principales diferencias son las que siguen:

-El origen de la leche. Como cualquier leche que hay en el mercado, la leche sin lactosa puede tener diferentes orígenes. La que tendrá un sabor mucho más real y una mayor calidad nutricional será la que proceda de vacas que pasten en libertad parte del día, ya que las que se alimentan exclusivamente de pienso dan una leche pobre en vitaminas y con un sabor, cuanto menos, cuestionable.

-El sabor. Además del sabor original de la leche, en la leche sin lactosa hay otro elemento que es muy importante. Al añadir lactasa a la leche la lactosa se descompone en otros azúcares y eso hace que el sabor dulce se intensifique. Esto puede resultar molesto para algunas personas que encuentran que esta leche es muy dulzona y no les gusta. Cada marca utiliza sus propios recursos para conseguir mitigar ese sabor distinto y lograr un gusto más equilibrado y similar al de la leche que no ha sido sometida a este proceso.

-La cantidad de lactosa residual que contienen. Como hemos dicho, la leche sin lactosa se consigue agregando lactasa. Esta rompe la lactosa y la descompone en azúcares más sencillos de digerir. Pero siempre queda una cantidad de lactosa residual. Esta debe de ser muy baja para que pueda ser considerado un alimento sin lactosa, pero en personas con una grave intolerancia una pequeñísima diferencia se nota, por lo que pueden acabar consumiendo una marca que les va muy bien, pero no pueden tomar otras. O, para curarse en salud, acaban recurriendo a las bebidas vegetales.

Normalmente, una leche de calidad que tenga un buen sabor y guste en su versión normal, también mantendrá el listón alto y gustará en su versión sin lactosa, por lo que fiarse de aquellas marcas que transmiten confianza y nos fueron bien cuando podíamos consumir leche, suele ser lo más inteligente. Sin embargo, ante un diagnóstico de este tipo siempre hay que consumir los lácteos en pequeña cantidad para ir viendo sus efectos y saber así qué productos se pueden consumir y cuáles no.

La mirada fuera de la pasarela

Mires donde mires, todo es moda. Está en el diseño de esa web de información y ocio que consultas, en el plato que pides en el restaurante, en el sillón sobre el que te sientas a descansar y, por supuesto, en la ropa que llevas. Y el fotógrafo de moda, tiene que saber adaptarse a esta nueva realidad, salir del espacio tradicional de la pasarela donde estuvo relegado tiempo atrás y agarrarse a la nueva era digital, a la vez tan convulsa como emocionante. Es el momento de abrir los sentidos, empaparse de conocimientos y formarse, no solo de forma autodidacta, y realizar un master oficial moda u otros estudios reglados que conviertan al fotógrafo en un profesional competitivo.

 

Así, en estudios como el Master de Moda y Comunicación del Centro Universitario TAI intentan dar un enfoque del trabajo del fotógrafo como un profesional ágil, intuitivo, que está a lo último en cuanto a propuestas y tendencias. Que se adapta a cualquier tipo de reto, y sabe de arquitectura, videoarte o gastronomía. 

 

Esa versatilidad que se le pide al fotógrafo contemporáneo, también tiene que ver con lo que en TAI denominan «imagen avanzada»: el dominio no solo de la imagen fija, sino de la imagen en movimiento. Porque frente a la pintura y el dibujo, el fotógrafo trabaja con la imagen técnica y, tanto la estática como la dinámica son su campo de batalla. 

 

Pero hay otro factor que surge de esta cosmovisión de la moda como elemento todopoderoso: la democratización de la imagen que nos traído la fotografía digital, ha hecho aumentar la competencia exponencialmente. Vivimos en un constante bombardeo de referentes visuales que podemos reproducir nosotros mismos porque todo el mundo puede hacer una fotografía de gran calidad con tan solo un móvil. Y entonces, ¿cuál es el rasgo distintivo del fotógrafo de moda? Para la mayoría de profesionales de prestigio es la voz personal: que tus fotos sean reconocibles y tengan un estilo único y propio. En TAI promueven esa inquietud por la búsqueda de la mirada personal a través de proyectos y trabajos individuales, que ahondan en el yo más subjetivo e intimista, para lograr un trabajo señero y auténtico que se distinga del resto. 

 

Han terminado esos tiempos en los que el fotógrafo era casi el mago de la tribu con el poder de la imagen. El fotógrafo de moda de este nuevo mundo siente esa competitividad extra y sabe que debe tener el ojo despierto, formarse continuamente y aprender a desarrollar un sello personal que haga que su trabajo se reconozca en todos los proyectos que lleve a cabo, ya sea en foto de producto, pasarela, artística o cualquier otro encargo que le llegue.

Batería baja 

Siempre me ha gustado dormir. Creo que necesito unas 8 horas y media de sueño aproximadamente. Menos de ese tiempo me supone estar buena parte del día cansado, sobre todo a medida que avanza el día: es como si se me agotase la energía. Se me enciende el piloto de batería baja y empiezo a dormitar. El problema es que cuanto menos duermo antes me salta el piloto.

Pues resulta que llevo unos dos años durmiendo una media de seis horas al día y jamás seguidas. Siempre me despierto en mitad de la noche. Hace un tiempo cambié de trabajo por uno de mayor responsabilidad. En principio no tenía ningún interés en cambiar de puesto, pero cuando me mostraron el aumento de sueldo me lo pensé y terminé aceptando. Lo que no ponía en el contrato es que el exceso de responsabilidad no va bien con determinadas personas…

No sé si tendrá que ver o no, pero he empezado también a tener problemas de salud. Cada dos meses o así tengo una gastroenteritis severa. Y juraría que nunca había tenido problemas de debilidad estomacal a lo largo de mi vida, al menos no como ahora. Es verdad que hay algunos antecedentes familiares de problemas de este tipo, incluso con un caso de cancer recto, pero hasta ahora no me había preocupado por ello.

Por supuesto, he ido al médico, pero todavía no existe un diagnóstico muy claro. He insistido en lo de mi cambio de trabajo y lo que ha repercutido en mi vida diaria porque por casos de algunos compañeros y amigos sé que la ansiedad laboral puede afectar físicamente sobre todo al aparato digestivo. Sin ir más lejos, hace una semana tuve que irme de trabajar antes de tiempo: me empecé a sentir mal después de comer, con mareos y vómitos. Un desastre.

Tampoco creo que haya que ponerse en lo peor, tipo cancer recto. Pero ya tengo la mosca detrás de la oreja y me estoy planteando la posibilidad de recuperar mi antiguo puesto, aunque sea a costa de ganar menos dinero. ¿De qué me sirve ganar más si estoy como estoy?

OBSESIÓN POR GASTAR

La mejor forma de promocionar cualquier producto o marca es y será la televisión y sus anuncios.Porque la tele la vemos todos, ya sea en mayor o menor medida. Personalmente yo veo la tele bastantes horas al día, es más, lo primero que hago al despertar es encender la tele, antes incluso de ponerme las gafas.

 

Pero no todos los anuncios son iguales ni mucho menos, hay anuncios normales como el anuncio leche asturiana y otros que no hay ni por donde cogerlos. Hay anuncios que más que animarte a comprar algo más bien te dan ganas de apagar la tele.

 

Tengo una prima que antes se dedicaba al mundo de la publicidad y siempre quise preguntarle porque se hacen anuncios tan malos, pero por respeto prefiero guardarme las preguntas insolentes para mi.

 

Muchos de los anuncios que veo en la tele no tienen ningún sentido y me hacen preguntarme ¿qué sentido tiene hacer anuncios tan malos? Conmigo por lo menos esos anuncios no funcionan, porque no compro nada de lo que me anuncian por la tele, en mi los anuncios tienen el efecto contrario, en lugar de darme ganas de comprar cosas, me las acaban quitando. También tengo que decir que nunca me gustó ir de compras, no como al resto de mis amigos y familiares. Parece que a todo el mundo le gusta comprar todo el tiempo, a mi no prefiero gastarme el poco dinero del que dispongo en las pequeñas cosas que me hacen feliz. Todo el mundo vive obsesionado con las compras y no puedo entender esa obsesión. Tengo una amiga que se define a sí misma como la chica de las bolsas, porque no hay día que vuelva a casa sin una o más bolsas en la mano. Su pareja ya no sabe qué decirle para que deje de comprar compulsivamente.

 

¿A la gente no les preocupa gastar en exceso? Por lo que parece no, no deben de tener mis problemas económicos. Aunque si no tuviese problemas económicos tampoco me gustaría ir de compras a no ser que fuese por un caso de fuerza mayor.

El coste de dar a luz

Casi es un tema tabú cuando se habla tener un niño, pero el coste económico que se deriva de este hecho es considerable, es decir, es algo a considerar. Mezclar algo tan bonito y natural como la maternidad o la paternidad con el dinero suena feo, pero en una sociedad capitalista como la nuestra todo se puede cuantificar en dinero, hasta el nacimiento de un niño.

Cuando mi marido y yo empezamos a tener dificultades para concebir, empezamos a mirar (primero de reojo y luego directamente) otras opciones. Y entre esas otras opciones siempre está la fecundación in vitro. Lo primero que hicimos fue localizar una clínica especializada que nos diera la suficiente confianza. Por una amiga común que había tenido el mismo problema que nosotros acudimos a una clínica. Y la decisión, a todas luces, fue la correcta.

Y fue correcta también por la forma en la que abordaron ese espinoso tema del coste económico. Ni mi marido ni yo somos millonarios: tenemos trabajos normales y no nos sobra precisamente el dinero. Habíamos sido previsores y habíamos ahorrado algo para el momento en el que decidiéramos ser padres. Pero no esperábamos que el coste se disparara.

En la clínica nos informaron sobre la fecundación in vitro con Diagnóstico DGP que era algo que también valorábamos. Pero cuando llegó el momento de hablar de dinero (porque todo cuesta en esta vida y esto cuesta bastante) enfocaron el tema con total sinceridad y sin ambages: como tiene que ser. No hay que olvidar que se trata de un negocio que, aunque trata con un elemento muy delicado como es la concepción, no deja de ser negocio. Nosotros éramos los clientes y así nos comportamos desde aquel momento. Y tuvimos un trato acorde con lo pagado.

Además, nos explicaron claramente las posibilidades de financiación y nos acogimos a uno de sus planes ya que optamos por la fecundación in vitro con Diagnóstico DGP previo lo que elevaba el precio.

Todo salió finalmente bien, nuestro hijo es sano y estamos muy felices. Pero también aprendimos, y así se lo hacemos ver a los que nos preguntan, que hay que estar muy atentos al coste de los servicios que conlleva optar por una reproducción asistida.

Me lo compro todo por internet

Si pudiese encargar el pan por internet, lo haría, pero la panadería de mi calle todavía no tiene app. Vivo rodeado de ordenadores por mi trabajo y ya no siento la necesidad de ir a una tienda a probar el género. Hoy en día, la mayoría de sectores están muy bien adaptados al comercio electrónico, conscientes de que es una fórmula comercial que no va a parar de crecer en los próximos años.

Los que todavía miran con cierta desconfianza las compras online tienen sus razones y lo entiendo. Por ejemplo, sucede al comprar ropa. Por mucho que las tiendas online de moda ofrezcan guías de tallas cada vez más detalladas, nunca sabrás si una prenda te queda bien hasta que no te la pones. Es así, y a todos nos ha pasado. Pero para eso se inventaron los sitios web de venta de ropa de segunda mano, ¿no?

Pero salvo en el caso de la ropa, considero que comprar por internet es casi siempre un acierto. Algo tan aparentemente sencillo como buscar las mejores bombillas bajo consumo CFL online puede convertirse en una pérdida de tiempo si lo haces en una tienda física. Os contaré mi propia experiencia para que lo entendáis.

Tengo un chino cerca que es inmenso. Tiene todo… pero es difícil encontrarlo. Generalmente, me suelen atender bastante bien, y aunque algunos de los dependientes no tengan todavía mucha idea de español (ni yo de chino) nos acabamos entendiendo bien. Pero aquel día que fui por las bombillas de bajo consumo fue toda una odisea. Debo decir que yo tampoco me debí explicar muy bien, pero el caso es que, finalmente, me llevé unas bombillas que ni eran CFL ni de bajo consumo.

¿Qué hice al final? Encendí el ordenador al llegar a casa y busqué mejores bombillas bajo consumo CFL online. Hice una rápida comparación entre dos o tres sitios web y localicé una oferta interesante. A los pocos días ya las tenía en casa.

Como digo, aunque todavía para algunas cosas comprar por internet es tiene sus hándicaps, yo prefiero ahorrar tiempo (y a menudo dinero) haciéndole online.

La casa de la playa

Mi familia siempre me enseñó a valorar bien las cosas, a ser una persona ahorrativa y a no derrochar. Tanto mi mujer como yo somos personas muy trabajadoras y nunca hemos sido de darnos caprichos. Pero un buen día nos sentamos en el sillón a ver un programa de esos de casas que echan por la televisión y una pareja reformaba una bonita casa que tenían en la playa. Nos miramos y no hizo falta que dijéramos nada.

Con los niños ya mayores, a los papás les llegaba el turno de disfrutar un poco de la vida. Conocíamos muy bien el Mediterráneo después de muchos veranos allí, sobre todo en Denia. Solíamos ir a apartamentos alquilados pero teníamos algunos amigos que habían comprado casa allí y pedimos consejo.

Teníamos bastante dinero ahorrado, pero aun así pedimos asesoría a nuestro abogado y nos dijo que eligiendo bien podía ser una inversión. A nuestros hijos también les pareció bien y nos lanzamos. Ahorrar está bien, pero la vida es corta y llega un momento en que hay que apostar por algo más que mirar como crece la cuenta corriente.

Compramos una casa algo antigua, así que necesitaba reforma. Mi mujer, además, es muy aficionada a la decoración así que llevó personalmente todos los detalles. Ella eligió los azulejos, el papel de las paredes, el estor dia y noche para las habitaciones. Y la reforma se hizo rápida y sin incidencias, algo que no suele pasar en los programas de televisión, en los que siempre acaban encontrando termitas, amianto o algo así para darle algo de drama a la cosa.

Y llegó junio. Dejamos a los hijos con los abuelos y nos fuimos a Denia para ver si todo estaba correcto en nuestra casa de la playa reformada. La sensación de abrir la puerta, el silencio de la casa, el olor a playa… Abrimos el estor dia y noche del salón y pudimos ver el mar, allí, a unos metros de nuestra ventana. Fue uno de los momentos más emocionantes de mi vida: dinero bien gastado, que para eso estuvimos 20 años ahorrando, ¿no?

Veinte litros a la semana

Hace años, cuando algún amigo me contaba que sus padres iban una vez a la semana o al mes a comprar yo no daba crédito. ¿Cómo se arreglan para hacer toda la compra de una sola vez? En mi casa siempre se compró varias veces a la semana, a nadie le gustaba ir cargado hasta arriba. También es verdad que en frente de casa de mis padres siempre ha existido un supermercado que, aunque ha cambiado varias veces de titularidad, se ha mantenido abierto desde que nací… y sigue.

Pero mi vida ha cambiado mucho y yo ya no tengo un súper en frente de casa. Y ahora a mí también me toca ir al supermercado a hacer la gran compra semanal. Llenamos un carro y podríamos llenar uno y medio, pero no damos abasto. Buena ‘culpa’ la tiene nuestro hijo enganchado como está a la leche. Suponemos que le viene de familia, porque nosotros también somos grandes consumidores de leche. Pero es que él se funde ocho litros a la semana. El niño está creciendo: es normal ¿no?

Nosotros que somos más de mirar el valor nutricional leche desnatada preferimos beber esta, aunque hemos probado otras, sobre todo la sin lactosa, tan de moda últimamente: tiene un sabor curioso pero nosotros estamos muy acostumbrados a la desnatada que tiene un sabor menos fuerte y dulce.

Si sumamos la leche que bebemos nosotros a la semana salen unos 12 litros en total. Eso son 12 kilos solo en leche en el carrito de la compra. Y luego está el agua. Mi mujer se acostumbró desde hace años a beber agua embotellada y yo me he contagiado. El niño de esto no es culpable: bebe mucha menos agua. Más o menos, unos 7 litros de agua a la semana… porque yo, a veces, bebo del grifo. Son 20 kilos a la semana solo en leche y agua.

Aunque para nosotros es importante el valor nutricional leche desnatada y del resto de productos que compramos yo estoy pensando seriamente en volver a beber agua del grifo en exclusiva para reducir un poco esta pesada carga semanal…