Mi relación con el seguro 

Desde que tengo seguro, me siento más seguro, valga la redundancia. Creo que ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en relación a la salud. Y creo además que fue en el momento correcto. Cuando eres más joven, por la propia naturaleza física, es menos probable tener problemas médicos. Seguro que os pasaría a muchos de vosotros que podíais pasar muchos meses sin pisar la consulta del médico. ¡Qué tiempos aquellos!

Pero con el paso del tiempo, suele cambiar nuestra “suerte”. Por supuesto, no es siempre así: hay personas adultas y adultos mayores con una salud de hierro que no pisan nunca el médico. Pero lo común es que, a medida que cumplimos años, vayamos teniendo que acudir al médico con mayor frecuencia, aunque sea solo por pura precaución. 

Y fue así como yo decidí contratar adeslas seguro medico. No era una época especialmente difícil a nivel de salud para mí, pero sí que había pasado un problema que me deparó bastantes quebraderos de cabeza. Y entonces pensé que la mejor alternativa podría ser tener un seguro privado que me ofreciera más flexibilidad y diligencia. Y creo que tomé la decisión correcta.

Por supuesto, hay que tener en cuenta el gasto que supone un seguro médico. Suele ser considerable. Pero en nuestra mano está abaratar esta clase de coberturas si somos lo oportunos de aprovecharnos de una promoción, evitar duplicidades y estudiar a fondo lo que contratamos y lo que no. No sería la primera vez que un asegurado tiene hasta tres seguros diferentes que le protegen de lo mismo. Por lo tanto, si contratamos un seguro debemos prepararnos para leer mucha letra pequeña.

Por experiencia sé que no es siempre sencillo aclararse con estas cosas. Primero porque se usan términos técnicos que a menudo desconocemos y después porque, tampoco es menos cierto, pareciese que algunos seguros están redactados para que cueste entenderlos. Por eso debemos preguntar todas las dudas antes de firmar, sin miedo, tal y como yo hice a la hora de optar por adeslas seguro medico. Y, tras un tiempo usando el seguro, no puedo estar más “seguro” de que he acertado.

HISTORIAS PARA EL RECUERDO

No hace demasiado tiempo ha fallecido el padre de uno de los integrantes de mi pandilla y como no podía ser de otra manera fuimos casi todos los amigos que podíamos ir. Aunque tuvimos una confusión con el tanatorio, ya que nos parecía ilógico que lo fueran a enterrar en un cementerio y no le fuesen a velar en el tanatorio de ese cementerio pero estábamos equivocados y le velaban en otro tanatorio al otro lado de la ciudad, menos mal que habíamos ido con algo de tiempo y pudimos ir a los dos sitios. Cuando le preguntamos a nuestro amigo el porqué de esto, nos comentó que su padre había contratado unos seguros decesos adeslas y que tenían un convenio con ese tanatorio y por eso el velatorio no era en el otro tanatorio.

El padre de este amigo mío era un hombre encantador que te contaba unas historias con las cuales te reías un montón. Lo conocí en el bar al que solemos ir siempre y en el mismo bar también conocí a un señor que era amigo suyo de toda la vida y que habían jugado al fútbol juntos cuando eran jóvenes. Pero eso sí cuando contaban sus historias del fútbol parecían hermanos porque cada uno contaba su versión de las cosas y cada uno decía que el otro mentía o que era el favorito del entrenador y que por eso jugaba. Las historias de estos dos con sus partidos de fútbol, era uno de mis temas de conversación en el bar y ahora ya no van a volver, ya que uno ha fallecido y el otro ya no viene al bar a las mismas horas a las que vamos nosotros por las noches los fines de semana. Ahora supongo que tendremos que ser nosotros los que les contemos nuestras batallitas a las nuevas generaciones para que no pasen desapercibidas como no pasaron las que me contaban estos señores. Yo también tengo mis historias de partidos de fútbol ya que he jugado desde que he tenido la edad permitida hasta que me lesioné la rodilla con casi cuarenta años.

Cuando no tenía cobertura privada 

No siempre he tenido seguro privado, durante muchos años estuve solo con la sanidad pública y me fue bastante bien. Sé que es un asunto que suele despertar bastante polémica, pero no es mi intención entrar en ello. Siendo realista y analizando nuestra forma de vida y nuestra sociedad parece evidente que ambos tipos de sanidad deben convivir. En mi caso, he disfrutado de las dos y ambas ofrecen buenos servicios. Lo que hay que saber es elegir cuando conviene una y cuando conviene otra.

Cuando era más joven y vivía en Asturias no tenía seguro privado. Al principio nadie de mi familia lo tenía. Recuerdo que fue mi hermano el primero, debido a su trabajo, el que optó por contratar seguro adeslas. Lo que recuerdo es que él no tenía que esperar tanto por los especialistas, algo que era importante para él, puesto que en aquella época tenía algunos problemas de salud y necesitaba ver a bastantes médicos.

Por aquella época yo solo iba muy de vez cuando al médico por cuestiones bastante básicas, salvo por mi problema de asma que me obligaba a ir algunas veces al especialista. Por lo demás, era evidente que no necesitaba un seguro privado. Y cuando tuve un problema más serio, me trataron muy bien en la sanidad pública.

Todo fue cambiando a medida que pasaron los años y cambié de residencia. En Madrid, las cosas funcionan de otro modo y yo empezaba a tener más achaques. Alguna experiencia un poco regular en la sanidad pública me hizo replantearme la posibilidad de tener un seguro privado. Entonces recordé que mi hermano había tenido buena experiencia con Adeslas y empecé a informarme para la posibilidad de contratar seguro adeslas.

Cuando nunca has tenido seguro privado de salud es cierto que es difícil entender el sistema y los tipos de cobertura que tienes que elegir. Por supuesto, el aspecto económico también es importante, con lo que hay que comparar el coste de los servicios de las distintas aseguradoras hasta encontrar aquello que se adapte mejor a nuestras posibilidades. Pero mi experiencia hasta ahora también ha sido buena.