El cáncer de colon es un tipo de cáncer que hoy tiene solución siempre y cuando se detecte a tiempo. Por eso, avanzar en la forma en como se detecta el cancer de colon y establecer los protocolos adecuados es básico para poder salvar muchas vidas.

Hay personas que tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de colon, por ejemplo, aquellos que tienen antecedentes en su familia o que ya han tenido problemas como pólipos. Cuando estas personas tienen ya una cierta edad en la que el riesgo aumenta, lo habitual es que se sometan a colonoscopias periódicas para comprobar que todo está bien.

Una colonoscopia es una prueba que consiste en la introducción a través del ano de un cable con una cámara en el extremo. Gracias a la cámara se puede ver el interior del intestino y su estado. Para realizar esta prueba el paciente tiene que llevar una dieta especial y utilizar laxantes para que el intestino esté perfectamente limpio.

Muchas personas se ponen muy nerviosas ante una colonoscopia. No es especialmente dolorosa, pero si molesta, por lo que en la mayoría de las clínicas se opta por sedar al paciente y que de esta manera pase la prueba prácticamente sin darse cuenta.

En el caso de pacientes con síntomas que puedan corresponderse con diferentes enfermedades, lo normal es que antes de una colonoscopia se realicen otras pruebas más sencillas y menos invasivas que vayan dando pistas al médico sobre cuál puede ser el problema. Por eso, lo normal es realizar una prueba de heces para ver si puede haber sangre en ellas.

Puede haber sangre en heces por muchas causas, por ejemplo, por hemorroides internas, así que no hay que pensar inmediatamente en la posibilidad de cáncer. El siguiente paso sería la colonoscopia para poder comprobar qué es lo que causa la aparición de la sangre. En algunos casos, los médicos pueden solicitar también un análisis de sangre para comprobar los valores tumorales.

Los controles de salud periódicos y acudir al médico cuando se nota que algo no va bien son las formas de poder detectar a tiempo esta enfermedad y otras muchas. En este caso el tiempo es fundamental y puede marcar la diferencia entre arreglar el problema con una simple intervención o tener que realizar quimioterapia y radioterapia y llevar a cabo cirugías mucho más complicadas y con más efecto en el paciente.