Mi antivirus me lleva avisando un montón de tiempo: con una adecuada limpieza podría recuperar bastantes gigas de almacenamiento, tengo un montón de programas inútiles, bastantes residuos sin identificar, no sé cuantas contraseñas inseguras y problemas de privacidad. Un desastre total. ¿Y qué estoy haciendo al respecto? Nada de nada, mirar para otro lado, y seguir hasta que el cuerpo aguante. En este caso, el cuerpo es el ordenador…
El resultado de todo este desastre es que mi ordenador es más lento que una tortuga. En ocasiones lo comento como mis amigos del Servicios mantenimiento informatica en Valencia y no se lo acaban de creer: hay veces que mi ordenador tarda media hora en ser operativo desde que lo enciendo… Me dicen que se lo lleve para echarle un vistazo y yo les digo que sí, que cualquier día, pero nunca surge la oportunidad.
Tenemos una relación tan estrecha, llevábamos tantos años juntos, que tengo miedo a perderlo. Nos conocimos en una tienda hace 10 años. No diré que fue un flechazo, pero me atrajo su elegancia y porte. Cuando lo abrí por primera vez, pensé que íbamos a estar juntos muchos años. Y así ha sido. Pero en los últimos tiempos veo con tristeza como se está desintegrando…
Tengo que asumir mi responsabilidad. La culpa no es suya. Ha hecho una buena labor durante años, pero por falta de tiempo, dejadez y un poco de incompetencia no le he dado el cuidado que se merecía. La tienda de Servicios mantenimiento informatica en Valencia lo revisó hace varios años y me recomendó seguir unas pautas yo mismo además de llevarlo a revisión de forma periódica. No hice caso a una cosa ni a otra. Y ahora el ordenador languidece.
Él sabe y yo sé que tengo que buscar un sustituto. Y en ello estoy (llevo como 2 años buscando ordenador, pero no me decido). Una cosa sí tengo clara con el futuro ordenador: esta vez me tomaré mucho más en serio lo del mantenimiento. Lo cuidaré y le haré las revisiones que sean menester. No quiero ver como otro ordenador muere en mis manos…