Saber como detectar cancer de estomago sería algo muy importante para cualquier médico y para la mayoría de las personas ya que del diagnóstico temprano del cáncer depende en gran medida el éxito en su tratamiento. Sin embargo, no es muy sencillo hacerlo ya que las señales del cáncer de estómago se pueden confundir fácilmente con otras enfermedades. Estas son algunas de las pistas que nos da el estómago:
-Un apetito mucho menor de lo habitual. El paciente dice que se siente siempre harto, incluso a veces horas después de haber comido. Cualquier alimento, incluso los ligeros, hacen que se sienta empachado. Esto también ocurre en otros problemas que no son tan graves.
-Perder peso sin una razón aparente. Puede parecer que perder peso es algo bueno, casi todo el mundo busca conseguirlo. Sin embargo, no es algo bueno cuando se pierde sin una razón aparente. Siempre es un síntoma de que algo va mal en el organismo.
-Dolor abdominal. A veces no es un dolor punzante y que se pueda decir exactamente donde está causado, sino un malestar difuso en la zona superior del ombligo. La persona siente que tiene ahí una presión que por momentos se convierte en dolorosa y que no se va con nada.
-Indigestiones. Las digestiones pesadas, las náuseas o los vómitos son frecuentes en las personas que tienen este tipo de problemas. También sufren con frecuencia de acidez de estómago, que puede llegar a causar reflujos y dolores. En los casos más graves aparecen vómitos que pueden contener sangre. Es importante señalar que la sangre en el vómito no tiene por qué ser roja, puede ser de color negro, por lo que muchas personas no la identifican como tal.
Cuando aparecen estos síntomas el médico mandará realizar pruebas para ver qué es lo que sucede. La presencia de anemia o de sangre en las heces pueden ser pistas que indiquen que podría haber algún tipo de cáncer. Lo habitual es que también se realicen endoscopias para ver el estado de las paredes del esófago y del estómago e incluso se recojan pruebas para analizar.
Normalmente, estas pruebas dan como resultado otra enfermedad más benigna pero que hay que diagnosticar y tratar igualmente. Problemas como el reflujo gástrico crónico pueden tener como consecuencia la aparición de cáncer en el esófago siendo una muestra de cómo un problema frecuente puede desembocar en algo mucho más grave.