Un expositor PLV es un expositor para promoción en lugar de venta. Son los expositores que puedes ver en los supermercados, tiendas y centros comerciales, tratando de atraer a los clientes con sus diseños, colores y mensajes.

Las marcas escogen expositores PLV personalizados para sus productos y nada en ellos es casualidad. Los colores y las imágenes que contienen están pensadas para atraer a un tipo de público muy determinado. Por ejemplo, en los expositores de productos para niños encontramos personajes de las series de dibujos o composiciones infantiles que les van a gustar.

También contienen los expositores reclamos de diferentes tipos. Puede ser una gran estrella con el precio muy destacado cuando se trata de una promoción. O un regalo, como sucede en los mencionados expositores para niños en los que muchas veces se le da más bombo y platillo al juguete de regalo que, por ejemplo, a las galletas o cereales que se están vendiendo.

El expositor PLV puede tener diferentes tamaños en función de su uso. Los hay de pequeño tamaño, pensados para ser colocados en lineales de supermercados. Son expositores de cartón que en la mayoría de los casos hacen la función de caja de transporte y que se abre convirtiéndose en el expositor. Esto facilita el trabajo de relleno de las estanterías y también consigue que de cada vez se renueve el expositor, por lo que siempre está impecable.

Los hay de gran tamaño, como los que se usan para vender familias de productos o artículos de peso, como por ejemplo los grandes expositores que encontramos en los pasillo de las tiendas con las promociones más importantes y que pueden contener desde botellas de refresco hasta diferentes productos de una misma marca.

Estos expositores pueden ser de cartón reforzado, capaces de aguantar mucho peso y que incluso pueden tener espacio para almacenamiento en la parte trasera, pero también pueden combinar diferentes materiales, como por ejemplo estantes de diferentes tipos de plástico o metacrilato para reforzar la estructura.

Por último, existen expositores permanentes, en materiales duraderos como madera o metal y que son los que podemos ver en algunas tiendas o comercios y que pueden estar pagados por las marcas o pueden ser propios del establecimiento. Un ejemplo lo tenemos en los expositores para periódicos o revistas de algunas librerías que pueden pertenecer a la propia librería o a una editorial que se encarga de regalarlo para que se vean sus productos.