El fallecimiento de una persona cercana es un momento muy doloroso, pero también requiere tomar una gran cantidad de decisiones al momento. Algunas personas prevén esto y contratan un seguro que se encarga de prácticamente todo pero incluso con esta ayuda hay cosas que van a quedar al criterio de la familia.
Tanto si hay un seguro como si no, lo primero que debe de decidir la familia es quién será su representante. Esta persona será la que se encargue de tratar con la funeraria y de ir ultimando todos los detalles, así como de transmitir los deseos del difunto para que sean respetados. El representante consultará con la familia lo que sea necesario, pero siempre es recomendable que una sola persona sea la que se erija en representante.
Contratar los servicios de los mejores profesionales de Funeraria Zamora siempre facilitará las cosas, ya que estos se encargarán de llevar el peso de todo el protocolo a seguir. La familia podrá escoger detalles como el ataúd, el tanatorio que quieren utilizar o el tipo de ceremonia que quieren llevar a cabo, así como si se dispondrá de autobuses, si se admiten flores etc.
Pero no será necesario que piensen en todas estas cosas, sino que la funeraria se encargará de ir preguntando cada detalle para saber cómo se prefieren hacer las cosas. También se encargarán de los detalles administrativos, como por ejemplo conseguir un certificado de defunción, tan importante para los trámites y papeleos que vendrán a continuación.
El trabajador de la funeraria puede aconsejar a la familia sobre las ventajas de un tanatorio sobre otro o incluso ayudarles en el caso de que haya que comprar un nicho o realizar algún otro trámite urgente. Y, una vez pasado el momento del entierro, también ayudarán a conseguir documentos como el certificado de últimas voluntades y orientarán a la familia sobre los trámites a realizar para solucionar los papeleos a los que tendrán que enfrentarse: cierre de cuentas bancarias, aceptación de herencias etc.
Contar con un buen acompañamiento profesional en estos momentos es muy importante y evita que en momentos tan difíciles haya que añadir todavía más tensión y preocupación al tener que ocuparse de todos los pasos a dar. De esta forma, la familia solo tendrá que ocuparse de responder a las preguntas que le hagan y de atender a quienes vienen a presentar sus respetos al fallecido.