Desde que tengo seguro, me siento más seguro, valga la redundancia. Creo que ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en relación a la salud. Y creo además que fue en el momento correcto. Cuando eres más joven, por la propia naturaleza física, es menos probable tener problemas médicos. Seguro que os pasaría a muchos de vosotros que podíais pasar muchos meses sin pisar la consulta del médico. ¡Qué tiempos aquellos!
Pero con el paso del tiempo, suele cambiar nuestra “suerte”. Por supuesto, no es siempre así: hay personas adultas y adultos mayores con una salud de hierro que no pisan nunca el médico. Pero lo común es que, a medida que cumplimos años, vayamos teniendo que acudir al médico con mayor frecuencia, aunque sea solo por pura precaución.
Y fue así como yo decidí contratar adeslas seguro medico. No era una época especialmente difícil a nivel de salud para mí, pero sí que había pasado un problema que me deparó bastantes quebraderos de cabeza. Y entonces pensé que la mejor alternativa podría ser tener un seguro privado que me ofreciera más flexibilidad y diligencia. Y creo que tomé la decisión correcta.
Por supuesto, hay que tener en cuenta el gasto que supone un seguro médico. Suele ser considerable. Pero en nuestra mano está abaratar esta clase de coberturas si somos lo oportunos de aprovecharnos de una promoción, evitar duplicidades y estudiar a fondo lo que contratamos y lo que no. No sería la primera vez que un asegurado tiene hasta tres seguros diferentes que le protegen de lo mismo. Por lo tanto, si contratamos un seguro debemos prepararnos para leer mucha letra pequeña.
Por experiencia sé que no es siempre sencillo aclararse con estas cosas. Primero porque se usan términos técnicos que a menudo desconocemos y después porque, tampoco es menos cierto, pareciese que algunos seguros están redactados para que cueste entenderlos. Por eso debemos preguntar todas las dudas antes de firmar, sin miedo, tal y como yo hice a la hora de optar por adeslas seguro medico. Y, tras un tiempo usando el seguro, no puedo estar más “seguro” de que he acertado.