Tener un negocio de hostelería en una zona frecuentada puede dejar muchas ganancias, pero hoy, en determinadas áreas de las ciudades, es imprescindible contar con cerramientos terrazas hostelería para habilitar una terraza exterior cubierta y en buenas condiciones.
Cuando se solicitan los permisos para instalar una de estas terrazas con cerramientos el ayuntamiento suele exigir unas condiciones determinadas. No en todas las calles de la ciudad pueden colocarse estas instalaciones. En las que sí está permitido pueden tener que cumplir con ciertas normas estéticas para que todas las terrazas de la zona sean iguales o al menos similares.
Esto puede encarecer la obra, pero es un requisito necesario, por lo que hay que realizarlo. También habrá que pagar un dinero al ayuntamiento en concepto del uso del espacio público. Algo normal ya que las aceras o las plazas son un espacio de todos y si se utiliza para un negocio particular, es justo que se pague un dinero que luego repercuta en todos los ciudadanos.
Otro gasto que conlleva la terraza es que si el número de mesas es alto quizás sea necesaria una persona a mayores para atenderla. Algunas terrazas explican mediante carteles que no tienen servicio de mesa y que hay que recoger las consumiciones en la barra, pero no todos los clientes están conformes con este tipo de servicio, especialmente si en la terraza de al lado pueden ser atendidos cómodamente en sus asientos.
Independientemente de los gastos que conlleve la terraza, lo cierto es que salvo excepciones son muy rentables. En primer lugar porque en las terrazas es posible fumar y el número de fumadores es nuestro país continúa siendo muy alto. Por supuesto, prefieren hacerlo en un espacio agradable y acondicionado que hacerlo en la puerta del bar, de pie y a solas.
Además, en España tenemos la suerte de disfrutar de muy bien tiempo, incluso en las zonas más frías las temperaturas pueden llevarse bien gran parte del año si en las terrazas se colocan estufas exteriores apropiadas que proporcionen calor a la gente y se ampara bien el viento.
Muchos negocios duplican el número de mesas de las que disponen gracias a las terrazas y durante las horas fuertes del día tienen bastante lleno tanto el interior del establecimiento como el exterior. Pueden por tanto llegar a duplicar el dinero que entra en caja, por lo que incluso con los gastos que acarrea, la terraza cubierta es siempre una opción a valorar.