El acné es un problema que preocupa mucho a los que lo sufren, sobre todo en la adolescencia. No hay más que echar un vistazo por Internet y poner en el buscador “remedios acné” para ver como aparecen páginas y más páginas, muchas de ellas ofreciendo remedios espectaculares, con fotos de un antes y un después que llenan de ilusión a los más ingenuos.
Incluso podemos ver como en páginas de países asiáticos se venden remedios para los granos, el acné juvenil o las cicatrices causadas por este, a precios ridículamente bajos. La persona que los ve, seguramente harta de probar más y más productos de parafarmacia, puede pensar que tiene poco que perder al probarlos. Tal vez, podría pensar, que el producto no sea malo y solo sea barato porque allí los precios son diferentes.
Pero si ya es de por sí malo comprar un producto que no nos ha recomendado un médico tras una visita a un dermatologo especialista acne Vigo, adquirirlo en otro país es todavía peor. Y más si en ese país, las normas para la fabricación de cosméticos, cremas y medicamentos son, cuanto menos, laxas. En el mejor de los casos, nos encontraremos con una vaselina que no nos va hacer absolutamente nada y que tan solo nos habrá dejado con unos pocos euros menos y un gran daño en nuestras ilusiones.
Pero en otros casos, el resultado es peor. Productos de mala calidad, con componentes que ni tan siquiera sabemos qué son y que queman la piel o la irritan todavía más, haciendo que además de granos acabemos con heridas que dejarán grandes cicatrices cuando se vayan. O rojeces que empeores todavía más el aspecto que tratábamos de mejorar.
Una piel que ya está siendo agredida y que tiene problemas, puede sufrir con especial relevancia los daños de un producto de este tipo. No se debe confiar jamás en una crema que no esté autorizada en nuestro país y que esté recetada por un dermatólogo.
En otros casos, nos encontramos con supuestos remedios naturales. Pero, a la hora de la verdad, pueden tener los mismos efectos ya que no todo lo natural es inocuo. Y, como hemos dicho, estamos jugando con una piel altamente sensible.
Olvidarse de la magia y de remedios demasiado buenos para ser ciertos, porque no son ciertos, es la mejor política en estos casos. Si sufres acné, acude a un dermatólogo y deja que sea un especialista quién te trate.