Cuando muchas personas se plantean cambiar las cortinas, se plantean hacer cortinas para barra. Y no son pocas las razones para ello. Todas estas razones han hecho que cada vez más casas apuesten por estas cortinas y se hayan convertido en una tendencia que es imposible de obviar incluso en los blogs y revistas más elegantes.
La primera razón para poner cortinas con bajar es la comodidad. Con este tipo de cortinas el lavado es mucho más sencillo porque solo tienes que descolgar la barra por un lateral y dejar que la cortina resbale. Y, para colgarla, nuevamente descuelgas un lateral de la barra y la introduces. Esto simplifica mucho las cosas respecto a los rieles y ganchos de antes, que había que quitar y poner cada vez que se hacía una limpieza.
Este sistema tan rápido hace que lavar las cortinas no de pereza ninguna, sobre todo porque una vez colgadas, todavía húmedas, solo hay que dejar que se sequen y se estiren por su propio peso. Para darles el toque final una plancha vertical es suficiente, pero ni siquiera es necesaria en todos los casos. Un ahorro de tiempo, de luz y también de trabajo que siempre se agradece.
Otra de las razones para apostar por estas cortinas es que son muy fáciles de mover. Si hay niños, estos tienen tendencia a tirar de la cortina en lugar de buscar los cordones de los rieles. Y de esta manera no tendremos que estar corrigiéndolos ni recolocando el riel cada vez que den un tirón y líen todo.
Si además eres tú quién cose las cortinas, las de ollaos son tan fáciles de hacer que podrás crearlas sin tener experiencia previa. Solo necesitas la tela, una cinta para ollaos y los ollaos propiamente dichos y tendrás una cortina perfecta en una tarde. Sobre todo, con la ayuda de una máquina de coser. Se acabó, por tanto, pagar para que te cosan las cortinas.
Por último, este tipo de cortinas permiten no tener que poner tanto frunce, por lo que no ocupan tanto espacio y son mucho más modernas. Unas sencillas ondas son suficientes para darles un toque atractivo y, por tanto, se ahorra mucha tela. En lugar de multiplicar por dos o más la medida de la ventana, tan solo tendrás que hacerlo por uno y medio, lo que se nota mucho cuando se compra tela para toda la casa.