CADA UNO COMO LE GUSTE

Está más que claro que la pizza es una comida que nos gusta a todos o a casi todos. Porque siempre hay algún rarito al que no le gusta la pizza, ni siquiera si lleva los ingredientes que supuestamente le gustan. 

A una de mis amigas por ejemplo no le gusta el queso en la pizza y se pide la pizza siempre sin queso, me pregunto qué dirán en la pizzería cuando les piden una pizza sin queso.

Por ejemplo, al padre de uno de mis amigos si no le pones en la pizza una lata de Conserva de Anchoas del Cantábrico en Aceite de Oliva, no come la pizza porque él dice que la pizza si no lleva anchoas no está buena. Creo que esa es su opinión porque para mí las anchoas en la pizza son demasiado fuertes. Personalmente no soy de ponerle a la pizza ingredientes extraños, es más, todo lo contrario, yo con una pizza simple de jamón cocido y queso soy la persona más feliz de este mundo.

Ahora ya no, pero hasta no hace mucho tiempo la pizza era mi comida oficial de los domingos, ya que es una comida que puedes comer perfectamente aunque hayas salido por la noche y no tengas en estómago en las mejores condiciones, y que si no te lo puedes comer a la hora puedes dejarla hasta la noche que se va a conservar muy bien.

Y está claro que cuando viajo la pizza normalmente se convierte en mi comida, ya que soy bastante raro a la hora de comer y esa es precisamente la razón por la que casi no viajo nunca y si viajo normalmente no es muy lejos de mi comunidad. Lo de probar cosas nuevas no es algo que me apasione, más bien me aterra y es algo que me influye mucho cuando me dicen de viajar a algún lado. Al único sitio al que viajo sin protestar es a la montaña para esquiar ya que no tengo que ir demasiado lejos y me puedo llevar lo que voy a comer en la mochila.

¿Qué hacemos con los ahorros?

Aunque las noticias económicas son contradictorias según el periódico que leas y los intereses que este tenga, parece un hecho que, en líneas generales, las familias españolas tienen una buena base de ahorro en los últimos dos años. La explicación es sencilla: el problema sanitario ha repercutido en la tasa de ahorro al aumentar la prudencia. Como el panorama está tan cambiante se prefiere no hacer gastos considerables para ver si algún día escampa. Y como no terminar de escampar, el ahorro sigue al alza.

Nosotros somos un buen ejemplo porque, principalmente, hemos dejado de viajar, una considerable fuente de gasto. Ya son cuatro o cinco viajes los que hubiéramos hecho, y generalmente al extranjero, si hubiéramos tenido un escenario más normal. Y viendo que esto sigue y va para muy largo hemos empezado a buscar otras aficiones, y nos ha dado por la cocina, pero por la buena cocina.

Así que has empezado a gustarnos la gastronomía. Si queremos una cena en casa como si estuviéramos en un buen restaurante de la costa gallega, por qué no comprar almejas gourmet de las rías gallegas. Hoy en día todo es mucho más sencillo que antes. No solo están los establecimientos físicos, sino que puedes hacer muchas compras de productos gourmet también por internet. Y yo le estoy cogiendo el gusto ya que es muy cómodo.

Tampoco es que seamos grandes cocineros, pero también estamos aprendiendo. Ahora salimos menos y tampoco vamos mucho a cenar, no como antes. Nos duele por los locales de hostelería, pero todavía no nos sentimos del todo cómodos, teniendo en cuenta que no acabamos de controlar el problema sanitario. Así que cocinamos en casa, y si nos apetece un menú marítimo nos traemos unas almejas gourmet de las rías gallegas.

Todavía no hemos logrado el nivel que tienen nuestros restaurantes preferidos, seguro que no lo logramos nunca, pero nos estamos entreteniendo mucho y, además, estamos comiendo mucho mejor. No es que la comida gourmet sea necesariamente más sana, pero nosotros intentamos respetar una dieta saludable incluyendo todo tipo de alimentos.