A mi mujer la han cambiado de proyecto en su empresa y está que echa chispas. Llevaba más de un año en otro proyecto bastante tranquila y con una jefa con la que se entendía bastante bien (lo bien que uno puede llegar a entenderse con alguien que es tu jefe). Pero en su empresa es así y ella lo sabe: en cualquier momento y sin previo aviso te mandan a otra parte: y a ella la mandan al proyecto que todos temen.
El cliente es una importantísima empresa de energía de Estados Unidos que se toma muy en serio todo lo relacionado con el espionaje industrial. Para empezar, todos los que trabajan en ese proyecto están en una parte del edificio aislado y sometido a controles de acceso alternativos: es decir, para entrar ahí pasas al menos dos controles. El primer día, mi mujer no pudo entrar porque le faltaba la segunda tarjeta. Medio día menos de trabajo…
El puesto de trabajo de cada oficinista está estudiado por la propia empresa cliente. A cada trabajador se le entrega un usb con logotipo, una especie de llave en forma de usb con el logo de la empresa: solo pueden usar ese pendrive para pasar información de un ordenador a otro en caso de que fuese necesario, además del trabajo en red propio de esta clase de proyectos. Y nunca, jamás, ese usb puede abandonar la mesa de cada empleado.
De vez en cuando y sin previo aviso, miembros de seguridad de la empresa americana revisan cada departamento en busca de fallas de seguridad llegando a sacar fotos para enviar informes a la sede de la empresa. Así las cosas, no es un trabajo en el que uno esté muy tranquilo, con tanta seguridad y revisión.
Pero es que además los jefes de cada sección deben entregar informes de avances muy concienzudos lo que les lleva a presionar bastante a los empleados. Y reza para no perder el famoso usb con logotipo como le pasó a un trabajador, el cual ya debe estar “fregando platos” en un proyecto en la India, como se rumorea en la empresa.