Es algo frecuente que un hombre regale a su esposa una joya tras el nacimiento de un hijo. Es una forma de decirle que entiende el proceso por el que ha pasado y que quiere, de alguna forma recompensarla. Es cierto que en estos casos clásicos la mujer es la que más poner durante los nueve meses que dura el embarazo y el regalo es una manera de reconocer eso. 

Pero cada vez más, los hombres dejan de ser alguien al margen del embarazo de su pareja y se comprometen al cien por cien con el proceso. Acuden a las clases preparto para estar preparados para cumplir con su parte llegado el momento, apoyan a la mujer mimándola de forma especial y asumiendo una mayor parte de las tareas incluso cuando ellas pueden realizarlas o siendo ese apoyo constante ante miedos, malestares y demás problemillas, a veces agrandados por esas hormonas descontroladas.

Si tu chico ha estado ahí en todo momento, ¿no sería bonito tener un detalle con él para conmemorar el nacimiento de vuestro hijo? Evidentemente, el hijo es lo más importante en este momento, pero un detalle indicará que has sido consciente de todo lo que ha aportado y de que, aunque hay una tercera persona en la que vais a volcaros ambos, la relación de pareja sigue siendo muy importante para ti.

Un reloj tag heuer hombre puede ser un regalo muy especial. Un reloj de calidad a la altura de cualquier joya, que podrá usar en todas las ocasiones. Y un reloj que es para toda la vida, que podrá lucir durante todos los acontecimientos de la vida de este nuevo ser que ha llegado al mundo. Incluso, si es el caso, podrá pasarle el reloj llegado el momento, tal vez por su mayoría de edad, convirtiéndolo así en algo todavía más especial.

Los gestos de cariño y los detalles dentro de la pareja son lo que mantiene viva la llama y seguro que él no se espera este gesto por tu parte, en un acontecimiento en el que la madre suele ser la protagonista absoluta. Una forma también de decirle que él es una parte igualmente importante en el proceso, porque criar a un hijo es una tarea de equipo en la que ambos vais a ponerlo todo, sin medir qué es lo que hace cada uno.