El reloj durcal ha supuesto toda una revolución para las personas mayores que no quieren perder su independencia pero que, a la vez, quieren sentirse seguras. Pero no solo ellas pueden beneficiarse de las ventajas de este método. Aunque esté pensado como un reloj para personas de la tercera edad, alguien joven también puede usarlo de forma ocasional o permanente cuando lo necesita.

Un ejemplo son las personas que se enfrentan a problemas de movilidad de forma permanente. Si se está en una silla de ruedas o se padece algún tipo de minusvalía que puede favorecer las caídas o accidentes en casa, contar con un reloj de este tipo es toda una garantía. En el caso de accidente, el reloj se activará y se recibirá una llamada del centro de control. En el caso de que se pida ayuda o no se responda, se activarán los protocolos de emergencia. Incluso personas que sufren problemas como crisis epilépticas, diabéticos con crisis fuertes, gente con problemas de corazón etc pueden disfrutar de las ventajas de este tipo de dispositivo. No solo ellos estarán más tranquilos cuando estén solos, también sus familias sabrán que, aunque vivan de manera independiente, están constantemente controlados.

En algunos casos, el reloj puede ser necesario solo durante un corto periodo de tiempo. Pero también estará ahí para eso. Por ejemplo, si la persona se rompe una pierna y quiere estar en su casa, sin tener que irse a vivir con un familiar o que alguien se desplace para vivir con él o ella. De esta forma, incluso siendo una persona joven, puede recuperarse en su casa tranquilamente. Aunque precise de ayuda puntual para ciertas actividades, podrá disfrutar de su intimidad durante parte del día y durante la noche y, si ocurriera algún problema, tendría atención inmediata. 

El reloj Durcal, por tanto, es una herramienta eficaz en diferentes tipos de situaciones, sin tener que limitarse a ser un reloj para la tercera edad, aunque sean estos sus usuarios más numerosos. El uso de este tipo de dispositivos por un abanico de gente amplio no solo hace que se obtenga un beneficio de un tipo de servicio que está en el mercado por parte de más personas, también ayuda a que no se vean como algo propio de ancianos, lo que hace que muchas personas sean reticentes a utilizarlo por no ser vistos como un mayor vulnerable.